En 1873, Inglaterra inauguró uno de los hospitales psquiátricos más grandes del país. El recinto estaba totalmente apartado de la “sociedad” y contaba con sus propios almacenes, parques, servicios, bares, teléfonos y hasta su propia estación de tren. El hospital fue usado en período de las Guerras Mundiales por militares, aumentando su capacidad hasta más de 3500 pacientes. En el período posterior a la guerra, el centro médico comenzó a ser utilizado para realizar experimentos con los pacientes tras la llegada de la electroencefalografía. Gracias a las investigaciones “abusivas” de los estudiantes de medicina -quienes fueron denunciados por “crueldad, maltrato y fraude”- el Comité de Gestión Hospitalaria del lugar encontró varias faltas de ética en el recinto contra los pacientes: a algunos repentinamente los habían dejado de tratar, les daban alimentos y agua descompuestos y el personal los encerraba en el baño y armarios. Pero los peores abusos fueron denunciados tras descubrir ...